Ana Merino Translations

La peluquería del Señor Russell

La voz de los relojes, 2000

 

En la peluquería del Señor Russell
me saludan con cariño sin conocerme,
y una anciana desdentada
me dice que mi corazón es dulce.
Yo sonrío
mientras me acomodo en una vieja silla de cuero
y escucho el sonido de las tijeras
al compás de la música arrugada
de unos discos de vinilo.
Y la cabeza me late
de caminar por el frío,
de buscar sigilosa
algún indicio azul de la primavera.

El cartero
ha dejado el bolsón de cartas
sobre la mesa de las horquillas y los peines
y se ha sentado con nosotros
a pasar el rato.
Se ha hundido lentamente
en un sofá giratorio
con orejeras.
Su cuerpo inmenso
ha sonado a océano por dentro.
Varias veces nos hemos mirado
y yo he creído ver
al rey de los peces
agonizar en su carraspeo
de voz ronca y tos sanguinolenta.

A la peluquería del Señor Russell
uno llega de casualidad
porque la casa no tiene escaparate,
sólo un cartel en la ventana
que dice que corta el pelo
incluso los domingos.
La curiosidad hace que llames a la puerta,
descubras un viejo salón
y veas como tus mechones van cayendo
junto a la chimenea.

Una mujer desde el espejo me mira,
tiene el pelo liso,
una melena corta a la altura de la nuca.
Esa mujer soy yo,
cuando se ríe,
es mi boca la que se abre.

Y el Señor Russell es feliz,
feliz de saber que sus dedos temblorosos
todavía pueden
cortarle la desolación a los días.

Yo, yo que soy la mujer del espejo,
tengo que cruzarlo para volver a casa
y llevarme de la mano
al rey de los peces
para que muera con dignidad
en la laguna del cementerio,
el único lugar que conozco
donde los árboles y el viento
saben imitar el sonido de las olas
y la nieve es la espuma
de un océano inmóvil.

Tengo que darme prisa
ahora que alguien ha dejado pasar unos segundos
y yo puedo cruzar
sobre mi cuerpo,
y aletear junto al cartero
en un simulacro de mar,
en la tristeza de sus ojos redondos
y de su boca abierta
como mi risa, que va perdiendo el color
hasta llenarse de sal fría.

Tengo que darme prisa
para despertar cuanto antes
de este sueño de lápidas blancas
y abrazarme a otro sueño
que me desnude bajo la tierra
y me haga morder la manzana del paraíso.

Mr. Russell’sBarbershop

La voz de los relojes, 2000

 

In Mr. Russell’s barbershop
I am a stranger greeted warmly,
and a toothless old woman
tells me I’m a sweetheart.
I smile
as I make myself comfortable in an old leather chair
and listen to the scissors snipping
to the rhythms of crinkly music
played on vinyl records.
And my head throbs
from walking in the cold,
from noiselessly searching for
some blue presence of spring

The postman
has left his letter carrying bag
on the table with hairpins and combs
and sat with us
to pass the time.
He’s sank slowly
in a swiveling chair
with headrests.
His immense body has
hummed like the ocean inside.
We’ve looked at each other several times
and I’ve thought I’ve seen &
the king of fishes
agonizing in the hoarseness
of his raspy voice and bloody cough.

One arrives at Mr. Russell’s barbershop
serendipitously,
the house has no display,
just a sign on the window
that says he cuts hair
even on Sundays.
Curiosity makes you knock on the door,
discover an old salon
and watch as your tresses fall
next to the chimney.

A woman watches me from the mirror,
she has straight, short hair,
up to the nape of her neck.
That woman is me,
when she laughs,
it is my mouth that opens.

And Mr. Russell is happy,
happy to know that his trembling fingers
can still cut away
the desolation from the days.

I, I who am the woman in the mirror,
must cross it to return home
and take by the hand
the king of the fishes
so he may die with dignity
in the pond at the cemetery,
only place I know
where the trees and the wind
know how to imitate the hum of the waves
and the snow is the foam
of a motionless ocean.

I must make haste
now that someone has let a few seconds go by
and I can cross
over my body,
and flutter beside the postman
as if in the sea,
in the sadness of his round eyes
and his open mouth
like my laughter, losing its sparkle
until its filled with cold salt.

I must make haste
to awaken as soon as possible
from this dream of white tombstones
and embrace another dream
that will undress me under the earth
and make me bite the apple of paradise.

--Trans.  Claudia Aburto Guzmán

Las mañanitas de las muchachas que se equivocan

Juegos de niños, 2003

Despierta,
sólo puedes ser hermosa esta noche
para que un equívoco
te acaricie los pies.
Soñar unos segundos
el sabor de otros labios
como una golosina de la infancia
y ser el esqueleto
de un pájaro que se equivoca de rumbo,
picotea el hielo y tiene el ala rota.

Tu plumón se pega a los zapatos
de un hombre que está cansado
vuelve a casa a no hacer nada
y se acurruca como un gato
al que ya le faltan vidas.

Despierta,
tu isla se ha movido
y navega hacia el sur
con una soga atada a la  garganta.
Deja ya de envenenarte
tocando las letras de un alfabeto mudo.

No hay música en los portales,
no hay esquinas ni bancos de madera,
sólo peces ahogados en un mar de hojalata
y tu mirada curiosa
tratando de encontrar un calendario
donde poder marcar la fecha de una huida.

Morning Song for the Girls that Misstep

Juegos de niños, 2003

Awake,
you may only be beautiful this night
so that a misstep
caresses your feet.
Dream for a second
the taste of other lips
like the sweet morsels of childhood
and be the skeleton
of a bird that loses its way,
pecks the ice and has a broken wing.

Your plumage sticks to the shoes
of a tired man
he returns home to do nothing
and curls up like a cat
who’s already missing too many lives.

Awake,
your island has moved
and its navigating south
with a noose tied to its throat.
Stop poisoning yourself
touching the letters of a mute alphabet.

There’s no music at the gates,
there are no street corners or wooden benches,
only drowned fish in a sea of tinplates
and your curious gaze
trying to find a calendar
to write the date of an escape.

--Trans.  Claudia Aburto Guzmán

 

Cargamento de nieve
  
Antología Premios del tren, 2006

La nieve en los vagones
ha perdido hace tiempo
la textura perfecta de sus copos,
apelmazada y sucia
hoy huele a gasolina
o a basura olvidada
que creció en las aceras
y se volvió equipaje,
cargamento grisáceo
de un tren de mercancías.

Hay que limpiar las calles
y derretir su manto
de cuerpo mutilado
que se abraza al asfalto
y ni siente la sal
quemándole los párpados.

La nieve condenada
a ser charco en las vías
apenas se lamenta
de su extraño viaje.
El eco del verano
desnuda sus entrañas
y el óxido del sueño
la transforma en un líquido sagrado.

Así es la nieve vieja
que se llevan los trenes.

En su semilla blanca
de infinitos cristales
sólo germina el hielo.
Por eso la almacenan
en los vagones huecos
que recorren el ansia
de los que no soportan
el invierno.

Snow Cargo

Anthology Premios del tren, 2006


The snow in the wagons
has long lost
the perfect texture of its flakes,
dirty and compressed
today it stinks of gasoline
or forgotten garbage
that grew on the sidewalks
and became baggage,
a mercantile train’s
gray cargo.

The streets must be cleaned
and melt its mantle
of mutilated body
that clutches the asphalt
not feeling the salt
that burns its eyelids.

The snow, condemned
to become puddles in the streets
barely regrets
its strange journey.
The echo of summer
bares its entrails
and the rust of sleep
transforms it into sacred drink.

The old snow
carried away by the trains
is like that.

In its white seed
of infinite crystals
only the ice germinates.
That’s why they store it
in hollow wagons
that make the rounds of the anxiety
felt by those who cannot bear
the winter.     

--Trans. Claudia Aburto Guzmán

Piedra, Papel, Tijera

 

Piedra
fría,
rincón silencioso
junto al regazo de los muertos.

Papel
para escribir
unas breves líneas,
la despedida apresurada
del viajero.

Tijera
para cortarle la lengua al mar
cuando suspira.

Tijera
para cortar los sueños
de los ahogados.

Papel
para escribir sus nombres.

Estrecho de piedra,
barquito de papel
arrecifes de tijera.

Un poema triste
para los que se quedaron sin aire
en las orillas.

Lágrimas de piedra
pateras de papel
y la boca del mar
con dientes de tijera.

Stone, Paper, Scissors

 

Stone
cold,
silent corner
alongside the fold of the dead.
                                               
Paper
to write
a few brief lines,
the quick parting                                                                    
of the traveler.

Scissors
to cut off the ocean’s tongue
when it sighs.

Scissors
to cut the dreams
of the drowned.

Paper
to write their names.

Strait made of stone,                                                              
ship made of paper                                                                 
reefs made of scissors.                                                                       

A sad poem
for those who were left without breath
on the costal rims.                                                                  

Tears made of stone                                                               
vessels made of paper                                                            
and the mouth of the sea                                                       
with teeth like scissors.                                                          

--Trans.  Aburto Guzmán

El hombre que sabe a chocolate

 

El hombre que sabe a chocolate
se ha quedado dormido.
Sus ojos,
de chocolate amargo
a veces parpadean
y el aire se condensa
en su boca de nata,
en el dulce de leche de sus labios.

Una intuición me dice
que el chocolate puro
no puede ser un hombre,
que el deseo no debe
dibujar espejismos tan golosos.

El hombre que sabe a chocolate
no parece real,
no quiero que lo sea,
el chocolate esconde
pasiones más oscuras
que el amor.

The Man that Tastes Like Chocolate

 

The man that tastes like chocolate
has fallen asleep.
His eyes,
of bitter chocolate
at times blink
and the air condenses
in his cream-like mouth,
in his lips of custard.

Intuition tells me
that pure chocolate
cannot be a man,
that desire should not
sketch such sweet mirages.
  
The man that tastes like chocolate
does not seem real,
I don’t want him to be,
chocolate conceals
darker passions
than love.

--Trans.  Aburto Guzmán

Recetas de otoño

 

Infusión de regaliz,
uña de gato,
acariciar el otoño,
dejar que se acurruque
su viento de hojas secas
en tu vientre.

Acariciar el ombligo
de los árboles
convertido en el musgo
de los troncos cortados.

Infusión de anís,
agua de rosas,
arropar a los niños
que no tienen memoria,
dejar que se acurruquen
en tu vientre de espiga.

Renacer después de una nevada,
renacer con el frío sutil de la muerte
tiritando en la boca.

Que te froten los brazos y las piernas,
que te abracen
y te pidan que te quedes.

Infusión de agua de mar
para olvidar que existieron
las callejuelas estrechas
y los besos con sabor a portales.

Acariciar el bostezo
de los niños que sueñan,
regalarles relojes
para que jueguen a vivir en el tiempo.

Infusión de ropa vieja,
pastel de cicatrices
y gotas de paciencia
con olor a miedo.

Autumn Recipes

 

Licorice infusion,
cat’s claw,
caress autumn,
allow its wind of dry leaves
to nestle in your womb.

Caress the trees’
navel
that’s become the moss 
of felled trunks.

Anise infusion,
rose water,
cover the children
that have no memory,
let them cuddle
in your ear-wheat belly.

To be reborn after a snow storm,
to revive with the subtle cold of death
shivering in the mouth.

That your arms and legs be rubdown,
that you be embraced
and asked to stay.

Sea water infusion
to forget that there were
narrow streets
and portico flavored kisses.

Caress the yawn
of children that dream,
gift to them watches
so they may play at living in time.

Old clothes infusion,
a pie made of scars
and drops of patience
with the scent of fear.

--Trans.  Aburto Guzmán

El quinto cielo
   
Compañera de Celda, 2006

  

Seremos niños
cuando la muerte roce el quinto cielo.
Querremos abrazarnos
a la risa que deja la inocencia
en los tejados.

Maullidos de gato
que planean
tomar el territorio de las sombras.
Y nosotros debatiéndonos
entre un intento por volar
y un anhelo enfermizo
por querer escapar
de nuestro propio cuerpo.

Seremos niños
olvidando el olor que dejan los adultos,
el rastro de sus miedos
atado a las desgracias de las vidas ajenas.

La vejez será el eco
de los acantilados,
murmullo de cisternas
bebiéndose el silencio de la noche.

Seremos niños buenos
en ataúdes blancos
y trenzaremos sueños
humedeciendo el mimbre
en las aguas termales
de los cuentos de hadas.

The Fifth Heaven
   
Compañera de Celda, 2006

 

We’ll be children
when death grazes the fifth heaven.
We’ll want to embrace
the laughter that leaves innocence
on the rooftops.

Cat’s cries
that plan on
taking over the land of shadows
And we debate 
between attempting to fly
and a sickly desire
from wanting to escape 
our own bodies. 

We will be children
forgetting the smell left by adults,
the trace of their fears
tied to the misfortunes of other’s lives.

Old age will be the echo
of the cliffs,
murmur of reservoirs
drinking the silence of the night. 

We’ll be noble children         
in white coffins
and we’ll braid dreams
dampening the osier  
in the thermal waters
found in fairy tales.     

--Trans. Aburto Guzmán

Vengo a ser testigo

 

Vengo a ser testigo
de un milagro,
la resurrección de las palabras
emergiendo del mar
con ansias de justicia.

Vengo vestida
con el disfraz de la penumbra
para escuchar
el murmullo de las cosas
que habitan
en cada casa de madera y chapa.

Pensamientos prohibidos
que llegan a la orilla
y mecen la basura que vomitan.
No hay caminos de conchas ni arena transparente
sólo plástico fino y grasa de motores
como una capa más sobre la tierra,
como una mascarilla
que ahoga a las gaviotas
y envenena a los niños
que salen a buscar erizos en las rocas.

Vengo a ser testigo
de las contradicciones
con las que fraguan el cemento
de los grandes edificios
que nunca se terminan
y acaban cobijando en sus rincones
las venas de los chicos
que se inyectan
escamas de serpiente triturada.

Vengo a desesperarme
porque no encuentro a Dios
en la miseria.

I Come to Witness

 

I come to witness
a miracle,
the resurrection of words
emerging from the sea
with the desire for justice.

I come dressed
disguised as penumbra
to listen
to the murmur of things
that inhabit
in each house made of wood and tin.      

Prohibited thoughts
that moor at the coastline      
and sway the trash that they vomit.
There are no paths made of shells or transparent sand
only fine plastic and motor oil
as though it were one more layer upon the earth,        
like a mask
that suffocates seagulls
and poisons the children
that go searching for sea urchins upon the rocks.

I come to witness
the contradictions
used to concoct the cement
for the large buildings
that go on forever
to shelter in their corners
the veins of the young
that inject
the scales of crushed serpents.

I come to despair
because I don’t find God
in the misery.

--Trans. Aburto Guzmán    

 

Sirena del Mississippi

 

Explorador del miedo
vienes a posarte
en la llaga secreta
del dolor astillado.

Te cobijas conmigo
en el lecho caliente
que ha dejado el olvido
con sus estanterías
inundadas de libros
y su pena perpetua
tratando de flotar.

Nuestra risa vacía
amanece enroscada
en el denso veneno
de una vieja pasión
que no germina
y promete existir
pero no puede
fecundar
ese extraño deseo que le habita.

En mi anhelo convulso
me deshago
y descifro el silencio
de tu esencia dormida
sobre la superficie
de un planeta letal
que me descubre
el rincón más hermoso
de tus sueños
donde mi perdición
es una enfermedad
parecida al amor.

Mississippi Mermaid

 

Explorer of fear
you touch down
on the secret wound
of the splintered pain.

You take shelter with me
in the sultry bed
that neglect has left
with its shelves
inundated by books
and its unending sorrow
attempting to float.

Our hollow laughter
awakes coiled
in the viscous venom     
of a worn out passion
that does not germinate
and promises to exist
but can not
fertilize         
that strange desire that inhabits it.

In my convulsive yearning
I disintegrate
and decipher  the silence
of your sleeping essence
upon the surface
of a lethal planet
that uncovers for me
the most exquisite corner
of your dreams
where my ruin
is an illness
not unlike love.

--Trans.  Aburto Guzmán

Si estás viva

 

Si estás viva
tendrás que acostumbrarte
al desamor
con su desapacible exuberancia;
neutralizar
cualquier indicio
de su patógena presencia
para volverte inmune
sin perder la cordura.

Ser metódica,
tragar el desafecto
con ternura
y reírte en secreto
de tu propia tristeza.

Si logras superar
este fracaso,
te harás adicta
a lo que más te duele,
al entramado hostil
de las causas perdidas
que deambulan contigo
por esa geografía
de plenitud ingrávida
que te ayuda a volar
cuando los espejismos
se mezclan con las huellas
de los rinocerontes
que lloran enjaulados.

Silencia lo que intuyes,
drena su desnudez
para que cauterice,
y nunca olvides
que el tiempo enamorado
es una medicina
que se agota,
entonces no podrás
ocultar sus secuelas.

 

 

If You Are Alive

 

If you are alive
you’ll need to get used to
the absence of love        
with its disagreeable exuberance;     
neutralize
any indication
of its pathogenic presence
so that you may be immune
without losing your senses.

Be methodical,
imbibe the disaffection 
with tenderness
and secretly laugh
at your own sadness.

If you manage to overcome
this defeat,   
you’ll be addicted         
to that which pains you the most,
the hostile structure       
of lost causes
walking about with you
along that geography
of tenuous fulfillment   
helping you to fly
when the mirages
merge with the tracks of rhinoceros  
mourning in their cages.

Silence that which you intuit
drain its nakedness        
so it may cauterize,
and never forget
that the time in love
is like medicine   
that runs out,
then, you’ll not be able
to hide its consequences.

--Trans.  Aburto Guzmán

Terapia del adiós

 

Respira
y deja que te habite
ese cosquilleo
que cruza el umbral de tu puerta,
deja que germine
esa sensación
de deseo enhebrado
que hoy te espía
y se alimenta de tu extrañeza
y brota de la curiosidad
como si fuese
el espejismo puro
de una niñez perdida
que dibuja en silencio
la frágil silueta de tu sombra.

Deja que se enrede en tus miedos
que se refleje en ti
como un cometa helado
para que su rastro
se fabrique con tu aliento
y exista porque quieres
anudar el lenguaje sigiloso de su cuerpo
sin que apenas se inmute
el surco cotidiano de las cosas.

Deja que nazca
para que pueda recordarte
y su amor se parezca
al vértigo secreto de la vida
y aprenda a conformarse
con un sorbo de tiempo disfrazado
de muchas despedidas.

Farewell Therapy

 

Breathe
and allow yourself to be inhabited
by the thrill
that crosses your door’s threshold,
allow to germinate
that sensation
of threaded desire
that spies on you today
and feeds off your astonishment
and burgeons from the curiosity
as if it were
the pure illusion
of a lost childhood
that sketches in silence
your shadow’s fragile silhouette.

Allow it to get entangled in your fears
to reflect itself in you
like a frozencomet
so that its path
may be fabricated with your breath
and exist because you want to
knot the mysterious language of its body
without hardly altering
the everyday furrow of things.

Allow its birth
so that it may remember you
and its love be reminiscent of
the secret vertigo of life
and it learn to be satisfied
with a sip of time disguised
as recurring farewells.

--Trans. Aburto Guzmán