En Piñones hay más allá del racismo ambiental. En Piñones estamos bregando con el tema de planificación urbana que no toma en consideración una población para protegerla. Y le pasa por encima, claro se puede hablar con aspectos racistas. El caso de Piñones inclusive, lo interesante que tiene es que por mucho tiempo fue mantenido como casi una reservación de comunidad negra. Y lo digo en ese tono porque durante mucho tiempo la gente de Piñones vivió en condiciones bastante malas, y todavía las vive. Y cuando empieza a surgir el interés en los desarrolladores de hoteles en esa área, las defensas de la comunidad de Piñones a veces son un poquito contradictorias porque por defender la población que vive por años allí, dicen cosas que son racistas también. Porque la idea no es que la gente viva en condiciones pobres. La idea es que la gente viva en condiciones buenas pero que además se desarrolle el área en un desarrollo sustentable donde la comunidad, que ha vivido por años ahí, sea parte y dueña de ese desarrollo. Esas son dos cosas distintas. Y en esa línea yo creo que es importante defenderlos. Lo que no se puede defender es decir que hay que mantener Piñones como estado porque es una de las comunidades negras más antiguas, porque eso es decir que la gente debe vivir en condiciones malas, porque es una población negra antigua. La gente negra también tiene derecho al desarrollo sustentable.